Afectos y Compromiso

2009

Fotografía: Veronica Quence, La Habana, Cuba.

Para Isabel Parra:

Isabel, esto aquí con mis recuerdos, mis sensaciones, y mis imágenes para contar de ti y de pronto aparece un canto, como en las mañana salen las ganas de tomar un vaso de agua, o como se huele el olor al jazmín en los primeros de la primavera de Santiago, cuando caminar por allí es rico y se rechazan los malos recuerdos.

Al escuchar este canto, la mente reflexiona, porque cantar es aveces como tener la llave de miles de puertas, y no saber por cual de ellas entrar.

Junto a tu vida, el canto fue testimonio de todo. Tu “cuatro” el vehículo mas seguro de todos los medios que te llevaron por el mundo para hacer recitales.

En estos viajes a veces se encuentran personas que te escucharon cantar una canción tuya o de la Viola, banda sonora de la vida, de seres que están lejos.

Isabel y yo fuimos actores principales de una de estas historias de encuentro. Antes de un concierto, me acerque a ella, como en punta de pie para no molestar, como quien quiere aparecer poco, para ser recordado muy suavemente, cuando continua el viaje y los conciertos.

La vida, las cartas, la confianza me llevaron a Chile después de un año, para hacer un disco con ella.

Nuestro primer encuentro dio sus frutos.

Así, la voz que imaginaba era una realidad, y allá me di cuenta que Isabel es un trovadora con toda la responsabilidad que esa palabra significa.

Escuchar su voz donde no hay diferencia entre sus grabaciones de discos vinilos y las grabaciones actuales.

Quizás, si ella se da cuenta como su país canto a través de su voz.

Quizás si sabe, cuando le canta a un niño maltratado, o a la simplicidad de una mariposa colorida o de las heridas convertidas en un joropo o un “polo” venezolano, del amor infinito a sus amigos, a su familia, a sus compañeros de música.

Chile es un país extraño, misterioso, y tiene sus códigos. Pero lo importante es que Isabel Parra sigue cantando, y que nunca va a dejarnos solos, en un mundo que necesita ahora mas que nunca sus cuecas al sol… Y su tierna fuerza de mujer.

Roberto Trenca

17 Marzo 2007

Nápoles Italia

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